La familia Montoya Roncal en una fotografía que se tomaron en Baños del Inca, allí posan los dos niños, Nelson y Clinton, quienes fallecieron envenenados
Los cuerpos de los dos niños llegaron a Cajamarca para ser enterrados acá
Los féretros con los cuerpos de los dos pequeños niños envenenados por su padre en Lima, llegaron esta mañana a Cajamarca para ser enterrados en ésta, su ciudad natal; en el aeropuerto Revoredo Iglesias lo esperaban sus familiares quienes en ningún momento dejaban de lamentar esta repentina pérdida.
En el mismo vuelo llegó también la madre de los pequeños, junto a funcionarios de la municipalidad de Ventanilla – Lima, quienes financiaron el traslado de los cuerpos y los gastos de sepelio.
María Albina Roncal Huaripata (29) contó también que desde hace mucho tiempo su conviviente, Víctor Montoya Llanto, mostraba síntomas de estar “loco” por las cosas que decía, pues tenía fuertes dolores de estómago y no podía conseguir trabajo, por lo que se afligía al no poder mantener a su familia.
La pareja de convivientes y sus dos hijos viajaron a Lima para que Víctor Montoya esté cerca de su madre y así intente recuperarse.
Los familiares mostraron algunas fotografías de los dos niños, donde siempre aparecían juntos y parecía tratarse de una familia muy feliz, Nelson (7) era el mejor alumno de su escuela y Clinton (3) el más alegre de la casa.
Como se recuerda, ambos niños fueron envenenados por su padre, quien les dio raticida en su cena, él también trató de suicidarse, pero fue salvado; su madre los encontró agonizando, los llevó a una posta pero llegaron cadáveres.
En el mismo vuelo llegó también la madre de los pequeños, junto a funcionarios de la municipalidad de Ventanilla – Lima, quienes financiaron el traslado de los cuerpos y los gastos de sepelio.
María Albina Roncal Huaripata (29) contó también que desde hace mucho tiempo su conviviente, Víctor Montoya Llanto, mostraba síntomas de estar “loco” por las cosas que decía, pues tenía fuertes dolores de estómago y no podía conseguir trabajo, por lo que se afligía al no poder mantener a su familia.
La pareja de convivientes y sus dos hijos viajaron a Lima para que Víctor Montoya esté cerca de su madre y así intente recuperarse.
Los familiares mostraron algunas fotografías de los dos niños, donde siempre aparecían juntos y parecía tratarse de una familia muy feliz, Nelson (7) era el mejor alumno de su escuela y Clinton (3) el más alegre de la casa.
Como se recuerda, ambos niños fueron envenenados por su padre, quien les dio raticida en su cena, él también trató de suicidarse, pero fue salvado; su madre los encontró agonizando, los llevó a una posta pero llegaron cadáveres.
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